25 Abr, 2025
Vivimos rodeados de pantallas que acompañan cada etapa del crecimiento, una muestra de que la salud mental infantojuvenil enfrenta retos nunca antes vistos. En su más reciente artículo, nuestra Directora Ejecutiva, Lilly Oronoz Rodríguez, alza la voz con claridad y urgencia sobre los efectos del uso no regulado de redes sociales en niños y adolescentes en Puerto Rico.
Desde estándares de belleza irreales, comunidades tóxicas en línea, hasta el ciberacoso silencioso que atraviesa fronteras y dispositivos, Lilly explora los riesgos y plantea soluciones necesarias: legales, educativas y comunitarias, para salvaguardar el bienestar emocional de las nuevas generaciones.
Te invitamos a leer su reflexión completa y a ser parte activa del cambio que nuestros niños y jóvenes merecen:
"Adolescence”, salud mental y redes sociales
Por: Lilly Oronoz Rodríguez, Directora Ejecutiva de Fields of Joy Foundation
La salud mental de los niños y jóvenes en Puerto Rico ha sido motivo de preocupación por años. Los profesionales de la salud mental han destacado las serias repercusiones que el uso no supervisado de las redes sociales puede tener en niños y adolescentes. Diversos estudios señalan que el tiempo prolongado en redes sociales puede contribuir a problemas de ansiedad, depresión y baja autoestima.
La exposición constante a imágenes editadas y estándares inalcanzables de belleza, así como la validación social basada en “likes”, genera una presión indebida que afecta la autoestima y el desarrollo emocional de los menores.
Por otro lado, el ciberacoso se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud mental juvenil. La facilidad con la que se pueden difundir comentarios hirientes y contenido ofensivo sin consecuencias inmediatas ha provocado que muchos niños y adolescentes sean víctimas de acoso en línea, con impactos devastadores en su bienestar emocional y, en casos extremos, con consecuencias fatales.
La serie de Netflix “Adolescence” aborda de manera profunda cómo las presiones de las redes sociales, el acoso y la exposición de los jóvenes a comunidades en línea tóxicas afectan su bienestar emocional. La serie destaca cómo el entorno digital de un adolescente puede distorsionar su percepción, identidad y valor propio, e influir en su comportamiento y psique.
Así, “Adolescence” ofrece una mirada cruda y realista a las consecuencias del ciberacoso y resalta la importancia de proteger el bienestar de los jóvenes en la era digital.
Ante esta realidad, es fundamental que las autoridades puertorriqueñas implementen medidas adicionales para proteger a los menores en el entorno digital.
Diversos estados, gobiernos y organismos internacionales han comenzado a debatir la implementación de regulaciones más estrictas. Medidas como la verificación de edad en plataformas digitales, la limitación del tiempo de uso y la supervisión parental obligatoria son propuestas que están siendo consideradas para mitigar los efectos nocivos de las redes sociales en menores de edad.
Algunas acciones que están siendo evaluadas a nivel mundial incluyen incorporar programas en las escuelas que enseñen a los estudiantes sobre el uso responsable de las redes sociales; ofrecer talleres, orientación y recursos a los padres que los ayuden a supervisar el uso de las redes sociales y a fomentar un consumo digital responsable, y; promulgar legislación que obligue a las plataformas digitales, aplicaciones o tiendas de aplicaciones a crear un entorno digital más seguro para los menores, implementando medidas de verificación de edad.
Recientemente el estado de Utah aprobó legislación imponiendo un requisito de verificación de edad a las tiendas de aplicaciones al momento de “vender” o “descargar” una aplicación en sus tiendas digitales.
Aunque existe un debate álgido en Estados Unidos sobre en quién debe recaer la responsabilidad de realizar la verificación de edad, los proponentes de la legislación argumentaron que era “más fácil fiscalizar dos tiendas de aplicaciones que 10,000 desarrolladores de éstas”.
Proteger la salud mental de los menores en Puerto Rico es una prioridad que no puede postergarse. Si bien las redes sociales pueden ser herramientas valiosas para la comunicación y el aprendizaje, es imperativo establecer normas claras y mecanismos de control que garanticen su uso seguro. Solo así podremos asegurar un desarrollo emocional saludable para las futuras generaciones en un mundo cada vez más digitalizado.
*Este artículo fue publicado originalmente en el diario El Nuevo Día.